Toda la porción chilena de patagonia, en el extremo sudoccidental de América del Sur, que alberga varios grados de latitud, fue explorada y colonizada desde el mar. Los pueblos originarios que se establecieron en este territorio, esencialmente nómadas canoeros, hoy casí extintos, navegaron sus fiordos y canales desde hace más de 8.000 años en busca de su sustento. No hubo, por siglos, otra forma de acceso al territorio continental. Incluso, aún hoy, con la existencia de la Carretera Austral, buena parte del territorio, se conecta vía maritima, porque una porción importante de la superficie terrestre es inexpugnable, al hallarse cubierta por campos de hielos.
En en la actualidad, el acceso a este vasto e intrincado territorio de compleja geografía, naturaleza exuberante, única e indescriptible, con abundante flora y fauna, mayormente endémica, es visitado y recorrido fundamentalmente por vía marítima y constituye, en muchos casos, la única alternativa de conectividad para la población residente.
El estrecho de Magallanes y los canales patagónicos, en especial los primarios, son ancho, limpios y tiene la profundidad necesaria para la navegación de barcos de gran envergadura. También, como otras zonas de la parte más meridional del continente, comparten fuertes vientos, aunque con menor intensidad que en mar abierto. Las malas condiciones meteorológicas, son un denominador común de toda la región, a la que se suman fuertes mareas, oleaje y corrientes, que pueden alcanzar hasta los 8 nudos.
No obstante este aparente complejo escenario, hoy la región, al norte del Cabo de Hornos es un destino accesible y seguro de visitar. Todas las rutas por los canales, estrechos y fiordos chilenos no presentan mayores dificultades de navegación. Existe de una moderna infraestructura de señalización marítima, cartas de navegación actualizadas, tanto en papel como electrónicas -emitidas por el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile, www.shoa.cl, organismo que integra la Organización Marítima Mundial- que se suman a mejoras en los medios de transporte, infraestructura marítima y de servicios ofrecidos por operadores locales, globales (cruceros) o mixtos (terrestres y aéreos), que nos permiten acceder con facilidad y seguridad a destinos específicos en Campos de Hielo Norte, Sur, u otros puntos de interés que quedan fuera del alcance de otros medios de transporte, permitiendo recorrer este intrincado e inusual laberinto de islas y canales, que si bien no es único en el mundo, ofrece singulares y desconocidos escenarios naturales, que convierten a la navegación en la zona, en una experiencia diferente, inédita, irrepetible e imperdible.